(Segunda actividad)

Había que venir a donde las maestras y los niños, porque ya platicamos allá con los hermanos, aunque había también niños. Y usted dirá: “Pero ¿cómo es niño?”. Bueno, hay algunos que son adultos-niños; o sea, pero… ustedes entienden.

Acá estamos con los niños y las maestras; y es para mí una gran bendición poder saludarles a todos ustedes, niños. Lo cual allá en Israel, también estuvimos en la yeshivá; es como una escuela, pero es una escuela en donde… es algo intensivo, de los estudios de la Torá; empiezan desde chiquitos.

Y mientras hacía yo el recorrido, porque hice un recorrido con el rabino Moshé por todos los salones; y abría la puerta y allá estaban los… deja ver si tengo aquí… estaba…

Por ejemplo, aquí entramos a este salón [el Dr. JBP les va mostrando la foto –Ed.], y ahí estaban estudiando los niños; o sea que… lo que estaban haciendo ustedes, pero ellos en su forma; y… Deja ver si… Mira, aquí hay otra foto más; eso es uno de los salones.

Pero que luego salíamos de ahí… deja ver si hay uno aquí que… Mira, este; ahí vamos para otro salón, íbamos caminando para otro salón. Y yo me sentía como si estuviera en los salones de los cachorritos, abriendo la puerta y ahí… Y ellos pues se quedaban esperando a que… ahí Moshé les hablaba y… Luego nos sentábamos en una mesita ahí; y entraron un…, parece que son los mejores que cantan, porque cantaron bien bonito ahí, dos o tres cantos. No podíamos grabar; fotos sí, pero no se podía grabar. Pero yo lo que hice fue que grabé un video, pero lo puse así boca abajo para que quedara grabado allí. Y me dieron oportunidad para hablarles también, así como aquí. O sea que hasta les hablé a los niños allá, a los jóvenes.

Allí había hasta de 15 años, ¿verdad?, 15, 16 años. Había unos grandecitos ya, 17 años también. O sea, que aquí hay de todas las edades. Y nosotros: de 18 estamos aquí, ¿ve?, también. [Todos se ríen]. Aunque hay alguna que otra canita por ahí que se asoma; pero… hay una promesa que dice: [WMB] “El pelo canoso se irá”1. Así que tiene que haber alguien con pelo con cana para que eso se cumpla; para honra de los canosos; pues entonces no se preocupen que el pelo canoso se irá, ya fue hablado.

Y allí les hablé… Deja ver si puedo conseguir esa parte. Ahí, mira ese videito; ahí yo les estoy hablando a ellos. [Muestra el video del celular que le pasaron]. (Ahí tú estabas colado ahí, grabando ahí). Yo ahí hablándoles. Pero yo tengo el audio aquí, si quieres; yo creo que es un minuto. Déjame ver aquí rapidito.

[Se escucha el canto de la grabación –Ed.].

[JBP] Ahí me estaban cantando, y yo tenía el celular boca abajo. (Ahí tú te colaste a grabar ahí…).

Ahí está… [mientras se sigue oyendo un poco del canto “Ani Maamim”, el Dr. JBP vuelve a mostrar algo de la imagen del otro celular].

Bueno… Después me pasó él ahí. Y… deja ver, voy a darle un poquito más adelante.

[Se oye solo el audio, en hebreo].

Ahí está Moshé presentándome:

[Traductor que acompañaba ese momento]2:

«Tenemos un invitado especial acá… ¿Quiere decirnos una palabra? Le presentó a usted como un amigo de la yeshivá, ¿quiere decirnos una palabra ([JBP] hablándole ahora a los cachorritos mira)… que estén contentos?».

[JBP] «Para mí es una bendición y un honor estar acá en la yeshivá de mi amigo Moshé, y ver los diferentes salones en donde acá se estudia la Torá y el Talmud ([JBP] ¿ve?, salones). Continúen agarrados de la Torá, de la Palabra de Dios. Y que el Eterno les siga dando mucha sabiduría y entendimiento. Y pronto ustedes puedan también ver el establecimiento de ese Reino tan esperado: el Reino de paz, de felicidad y prosperidad, que tanto Israel anhela. Lo cual está muy cerca.

Y desde Israel, será la capital para el mundo entero y del mundo entero. Y ustedes son parte de ese Reino. Pronto será establecido».

[Se oye a Moshé y a otros decir: “Amén”].

[JBP] Mira, ya les estoy hablando del establecimiento del Reino allí a los “cachorritos” de todas las edades, que es lo que ellos están esperando, como ustedes también.

O sea que, miren cómo se cumple todo de una forma tan sencilla. Ya, además de los líderes, ya también le hablamos a los niños, a los jóvenes, como lo hacemos acá. Pues somos una sola Familia.

Ahora, vean cómo se van uniendo esos dos palos en la mano del profeta.

Recuerden que José es de la tribu de… esas diez tribus del norte, que están ahí representadas en Efraín y Manasés. Manasés representa a los 144.000. Pero vean, ahí están —en José— los dos palos representados. Y está en la tribu… las tribus del sur, que es representado en Judá y Benjamín. O sea que en José Benjamín están los dos palos. Tan sencillo como eso.

Vean cómo en José, cómo tiene la Bendición de la Primogenitura por Efraín; y sin la Bendición de la Primogenitura no puede estar establecido el Reino del Mesías. Tienen que estar los dos palos juntos.

Pero la forma en que Dios lo está cumpliendo es tan sencilla y tan sencilla que, si no vigilamos… Vean, a nosotros, no podemos decir que se nos va a pasar por alto, porque estamos pendientes de la más mínima partícula de revelación para captarla, porque ahí está envuelta la Fe de Rapto.

Todo tiene un porqué y todo tiene una razón de ser, y todo tiene que encajar, para poder obtener ese escogido la Fe de Rapto. Así que todo lo que estamos viendo es para bendición de todos nosotros.

Y yo me voy a esforzar, y voy a trabajar y a luchar, para que ustedes estén siempre al tanto: de todo lo que tengan que tener conocimiento y de estar al tanto, para que obtengan esa Fe de Rapto y esa Fe Perfecta; de eso me voy a encargar yo mismo.

O sea, eso que dice que “Yo mismo estaré presente” se está cumpliendo hoy. Y aquí en esta mañana, domingo 22 de diciembre de este año 2024, esas Escrituras, y esa Escritura, se está cumpliendo plenamente: “Yo mismo que hablo, he aquí, estaré presente”3.

Es el mismo Espíritu Santo el que está en medio del pueblo, en medio de la Iglesia; Él mismo, con Sus propios Ojos, Su Voz y Su acción, está llevando a cabo esa Obra, para que ese escogido se prepare y se aliste para su transformación.

Yo mismo me estoy percatando de que estén bien instruidos, y que estén en el camino correcto. Después que no se salgan del camino y no se salgan fuera de paso… Recuerden que el hermano Branham estaba allá mirando, y vio algunos que se salieron de paso; pero ya él no estaba en la Tierra para llamar la atención y decirles que volvieran al paso4; pero el ministerio de Elías sí.

Por lo tanto, estaré pendiente para que se mantengan en el paso.

Y no se cohíban en preguntar, en inquirir lo que necesitan para vuestra preparación; porque es Él mismo el que está en medio del pueblo.

Jeremías…: “Pídeme…”, o es… hay una parte donde dice; y también la Escritura que leímos hace poco, que la citamos: “Las cosas secretas pertenecen a Dios; las reveladas es para los hijos”5, o sea, para nosotros.

Dios nos está revelando todo lo que necesitamos para tener el conocimiento completo; pero hay que pedirle a Dios.

Jeremías 33:3

3 Clama a mí,

[JBP] Pues ¡si no clamas…! ¿Clama a quién? Al Eterno, al Creador de los Cielos y de la Tierra; al Dios de Abraham, de Isaac y de Israel.

3 Clama a mí, y yo te responderé,

[JBP] Pues ¡si no clamas no te puede responder!

3 Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.

[JBP] O sea, la revelación del Séptimo Sello, la revelación de Su Venida; porque una persona que no reciba la Venida del Señor: no será transformado. Pero aquel que la reciba y la crea de todo corazón, aunque no la entienda… Mira, Pedro no entendió muchas cosas.

—“Mira, Pedro, no te preocupes que lo que no entiendas ahora, lo vas a entender después”6.

—“Es que esto, no entiendo…, no entiendo esto o lo otro; pero lo creo”.

—“No te preocupes, sigue para adelante, eso es lo importante”.

Después que tú creas, ya Dios va a ir obrando, y tú clamando a Dios y Él te va respondiendo; pero tienes que clamarle.

“Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas ocultas que tú no conoces”.

Todos esos misterios que estaban escondidos y que ahora están siendo abiertos, y dados a conocer, como lo es la Venida del Señor, la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles; todo ahora está siendo abierto. Y es un misterio tan grande que estaba escondido, que cuando lo vemos: pero ¡tan sencillo!, que hasta los niños lo pueden entender, lo pueden comprender.

Dios les bendiga a ustedes, maestras; las ayude siempre a seguir siendo un brazo extendido del hogar. Y a los que ya están más grandecitos, pues también seguirán siendo de ayuda para sus hermanitos o sus compañeros; y todos juntos seguimos preparándonos para esa meta.

¿Ve que no hay edad? Desde el que está en el vientre…

Alguien podrá decir: “Pero ¿y la que está embarazada, que está en el vientre un bebé?”. No se preocupe que también será transformado ese que está ahí; hasta el más anciano. O sea que cubre de barriga hasta anciano; cubre todas las áreas.

Así que terminé el recorrido con cachorritos y maestras acá en occidente. Allá lo hice allá con los jóvenes allá en Israel; ya se acostumbrarán a que cada vez que vaya allá, vaya y visite los salones también, y tenga actividades así en los salones.

Todo en una forma tan sencilla. Lo que nunca se había visto en tiempos pasados ahora se está viendo en una forma sin presionar nada; para todo se van abriendo las puertas, en todo. Porque es el cumplimiento de lo que fue prometido.

Bueno, les llevé unos poquitos de minutos acá, para que continúen la clase; y estaba viendo ya el avión listo para despegar. [Se muestra en pantalla el avión que prepararon a escala las maestras, para la clase –Ed.].

Él dice que: [WMB] “Recorreré esta senda otra vez”7. Es el ministerio de Elías en su quinta manifestación.

Ahora yo les digo a ustedes: “¿Tienen su boleto?”.

Después que tengan el boleto, no se preocupe que usted está en el gate [puerta] correcto para salir en el llamado [el Dr. JBP simula la voz, y como si tuviera en su mano el micrófono por donde se hacen los anuncios en el aeropuerto –Ed.]:

«Vuelo 8: Estamos listos para salir; acérquense a la puerta de embarque, comenzando con la clase ejecutiva: los escogidos de la Edad de la Piedra Angular (¡y ahí vamos!). Pónganse sus cinturones».

Y ahí le habla el capitán todo lo correspondiente a ese vuelo: “Guarden su equipaje en los lugares correspondientes, la mesa plegadiza cerrada, el espaldar derecho”. Vean, hay directrices para llevar a cabo un viaje, un vuelo.

Y así es en el Programa Divino: hay directrices, hay unas ordenanzas que hay que llevar a cabo, para entonces despegar; ahí nos vamos. El que se quedó, se quedó; ahí no hay break a que:

—“¡Espérate, se me olvidó alguien!, ¡una maleta! (o algo). ¡Vira para atrás!”.

No, ya despegó y ya no hay vuelta atrás.

Le damos gracias a Dios que usted tiene el boleto; y no es que estamos en la puerta. ¡YA HEMOS PASADO LA PUERTA!, ¡YA ESTAMOS DENTRO DEL AVIÓN!, ¡Y ESTAMOS LISTOS PARA ARRANCAR, PARA DESPEGAR!

Vean los diferentes medios de transporte cómo lo tipificamos: como lo es el cohete, porque estamos en la Edad del Astronauta; pero también podemos colocar el avión como tipo y figura de lo que Dios está haciendo en este tiempo.

Ahora, si la persona espera en un gate equivocado, ahí sí que le va a pasar el tiempo sentado ahí, y jamás lo van a llamar; se va a poner a hacer otras cosas, de lo cual no es para prepararse para el llamado.

Pero ya nosotros estamos en el avión; ya pasamos la puerta, ya tenemos el boleto, y nadie lo puede sacar de ese asiento; ese es el pequeñito detalle: ¡Ya usted tiene el boleto con su nombre y el número de asiento!:

—“Aquí estoy yo”.

—“Chequea a ver si está ahí”.

—“Sí, estoy en el Libro”.

Y la cosa es que ¡nadie lo puede sacar de ese Libro!, ¡nadie puede borrarlo!, porque están escritos en el Libro de la Vida del Cordero; y de esa sección: jamás, jamás.

Puede venir alguien con mucha cantidad de dinero, o posición, o lo que sea: “No, yo quiero ese asiento que tiene él”. Y puede una persona ser (haciendo esa analogía) pobre o sin posición, y no le va a valer de nada a esa otra persona, porque ya usted tiene su número, tiene su nombre, ¡y no hay quién le quite ese asiento!

¡No importa quién sea! Ya usted tiene el boleto, ya usted tiene su nombre y tiene su silla; ahí nadie-nadie lo puede sacar de ahí:

—“No, que yo quiero ese asiento”.

—“No”.

Esas son las que van a venir tocando:

—“Dame de vuestro Aceite. Dame de ese Ace-… ¡Dame un ladito ahí!”.

—“¡Nah-ah!, el cinturón es para uno”.

Aquí no es que vamos a dar un ladito ahí, no; el cinturón es para uno.

Cada recompensa, cada corona es individual. Por eso esta es una lucha individual.

Siga luchando por obtener todas las promesas en este tiempo final, las cuales son para ustedes, niños, y los adultos también.

Bueno, que Dios les bendiga y les guarde; y ajústense bien los cinturones, que a veces hay un poquito de turbulencia; pero eso es parte del viaje.

Ya en la Cena de las Bodas del Cordero, cuando tú llegas a la altura: ¡ssshh!, se queda serenito. Porque el despegue a veces da sustito, un poquito; y ya cuando estás arriba: “¡Ahhh!”; ahora te puedes quitar el cinturón: ¡sshh! Tú te estiras, y: ¡Argh! Ya estoy acá arriba en las alturas”.

Así somos nosotros las águilas; allá arriba nadie puede subir porque se reventaría8.

Bueno, Dios les bendiga y les guarde a todos. Y sentí venir. Estaban todos desparramados porque estaban temprano, se habían levantado temprano y habían salido ya para quizás picar algo; y yo le digo a Sari:

—“Vamos a donde las maestras”.

Y: “¿Ahora?”.

—“¡Ahora!”.

Y… [Hna. Sara: Pero volé… volé].

Y aquí estamos compartiendo con ustedes; y recuerden, aunque no baje muy a menudo, siempre los llevo aquí [corazón] y aquí [mente], y en mi corazón.

Y hermosa la labor que llevan a cabo; no tan solo aquí en Puerto Rico, sino en todos los lugares que tienen este tiempito así, de tener estas clasecitas así. Y además de (lo más importante) estudiar y ver todo, un compañerismo que tenemos los unos a los otros; lo cual, esto no volverá a pasar estando en estos cuerpos.

Aprovechen, jóvenes y niños, este tiempo; no le den color ni…, ni no le den (vamos a decir) importancia a las cosas terrenales, que son pasajeras, sino a lo eterno, a lo que va a trascender en el futuro.

Dios los ayude, especialmente esa edad de 11 a 17 o 18 años, que es la más dura, la más difícil. Pero tienen sus padres, tienen las madres, tienen el Mensaje, la Palabra, y tienen un conocimiento ahí que pueden utilizar para que no tengan que pasar por situaciones, sino que ya han pasado ellos por eso; y que más bien puedan apoyarse en ellos.

Y los consejos que les dan es por el bien de ustedes, es por el bien de su futuro. No lo tomen como regaños; o porque estén encima ahí, usted: “Mami, tú me machacas, machacas, machacas”; pero después luego van a venir: “Mira, debí haber hecho eso que tú me dijiste”.

Uno lo que trata es de evitar que pasen por situaciones que ya uno pasó para que no sufran; porque nadie quiere ver a un hijo sufriendo.

Así que, jóvenes, que Dios los ayude en esta etapa en donde están pasando, esa etapa que es la más durita; y que sepan que el trayecto y la trayectoria de los jóvenes tiene parte en el Programa Divino. Lo cual, las maestras los ayudan, y los padres —y el Mensaje, por supuesto—, para que sigan preparándose para obtener las promesas; y por supuesto la que todos estamos anhelando: la transformación.

Así que Dios les bendiga y les guarde a todos; y hasta una próxima ocasión en que estaremos acá nuevamente; así de… caeremos de sombrilla; y saludarles así, aunque sea un ratito.

Ya luego se pondrá acá también sonido, para que cuando se esté hablando allá, pues puedan tener aquí también el mismo audio acá; aunque sea a las 6:00 y esté solamente uno, pero que haya audio aquí también de lo que se esté dando allá, y así no tengan que ir todos allá.

Así que, bueno, hasta luego. Dios les bendiga y les guarde a todos; y gracias por estos momentitos. Y que sigan preparándose para obtener todas las promesas que Dios tiene para nosotros en este tiempo final.

Y allá después, deja que ustedes conozcan a esos jóvenes; son igual, alegres, o yo creo que más; ¡cómo cantan ellos!, y cómo se agarran de las manos y cantan. ¡Y tienen una voz!, que eso…; y son bien unidos allí, ellos, en lo que hacen.

Así que siempre unidos los niños y las niñas, unidos en estas clases de Estudios Bíblicos que se hace acá en estos salones, y también en todos los lugares donde también tienen clases.

Bueno… Uno no se quisiera ir, y seguir hablando así de tú a tú, entre familia; porque vean, ahí es donde está ese compañerismo que Él siempre deseó desde el principio.

Dios siempre, desde el principio, anhelaba tener ese compañerismo con Su Creación. Y como la tiene es: a través de carne humana. No hay otra forma de tener un compañerismo, sino a través de carne humana.

Hoy Él está teniendo un compañerismo con Sus hijos; y usted podrá decir: “Pero ¿cómo es posible que…?”. Lo ha tenido de edad en edad; pero en el fin del tiempo Él dijo… Recuerden que estamos en el tiempo como el de Lot: Él mismo bajó, el mismo Elohim: “Yo mismo iré y veré”9.

Es algo tan grande lo que Dios está llevando a cabo, pero tan sencillo; que a la misma vez uno dice: “¿Pero cómo puede ser esto posible!”. Pues es posible. Es Elohim.

Él vio la Columna de Fuego hablándole a alguien en la Carpa. Si estaba hablándole a alguien en la Carpa, tiene un instrumento ahí. O sea que el que está ahí, en ese instrumento, es esa Columna de Fuego, que necesita una voz para hablar, para llorar, para reírse.

¿No lloró Jesús en la tumba de Lázaro?, porque es un ser humano. Él decía: [WMB] “Jesús como hombre: llorando ahí en la tumba. Jesús como Dios: creando”10. Así es con los ministerios de Moisés y Elías. [WMB] “Tendrán poder sobre la naturaleza”11, dice; pero también es un humano; o sea que hay de todo ahí.

Cuando lo vean riéndose o llorando, vean: “Elohim como humano”; pero cuando lo vean creando… Y usted dirá: “Pero si ya está creando (¿cómo?): transformándome mi ser. ¡Yo no era así!, ¡ha habido una transformación!”.

¡Ah!, ya lo estás cachando. Ya está Él creando una nueva criatura.

O sea, todo eso, vean ustedes, se va llevando a cabo de una forma progresiva; y ya luego, cuando se vea todo eso ya a nivel internacional, donde milagros estarán ocurriendo, ya ahí dirán: “Pero yo lo vi antes. Yo no necesité ver milagros para identificarlo”. Ya eso sería una evidencia final de que el que estaba hablando desde el principio era el Dios Creador de los Cielos y de la Tierra, era Elohim entre el pueblo - entre Su pueblo.

[Dr. José B. Pérez] Ah, mira, hay… Déjame una y ya. Último y ya. Hay una partecita aquí de un hermano que justamente me envió ahora, hace poquito; miren esta Escritura tan hermosa. Vamos a ver dónde fue que lo puse por aquí, ehh… aquí:

HAMBRE ESPIRITUAL
Dr. William Soto Santiago
Martes, 11 de julio de 1989
Bogotá, Colombia

Y cuando él salía se tocaba la trompeta, y se anunciaba que José había salido, que estaba caminando. Y toda rodilla se doblaba a la presencia de José. No importaba lo que estuviera haciendo la persona, no había nada más importante que la presencia de José en ese momento. Toda persona tenía que dejar lo que estaba haciendo, no importaba lo importante que fuera lo que él estaba haciendo; porque estaba reflejando que no hay nada más importante en la Segunda Venida del Señor que la Segunda Venida del Señor.

[JBP] Eso es en el tiempo de José, porque es tipo y figura de la Segunda Venida del Señor.

[WSS] Y toda persona está llamada a atender la Segunda Venida del Señor, aunque tenga que dejar lo que tenga que dejar.

El que no atendiera la venida de José cuando se tocaba la trompeta, entonces tenía la sentencia de muerte. Y así es para la Venida del Señor…

[JBP] Miren la importancia de atender la Segunda Venida del Señor; pero todo, vean, en una forma sencilla.

Bueno, ahora sí, Dios les bendiga y les guarde a todos; y hasta más ahorita, Dios mediante. Dios les bendiga.


1 [Citas, pág. 47, párr. 402: 60-1211M “Las diez vírgenes y los ciento cuarenta y cuatro mil judíos”, párr. 136] [Compilación de extractos “La introducción de la Segunda Venida de Cristo a Su Iglesia”, pág. 34]

2 [Traductor de LGCC / Palabras de Moshé]: «…Es un buen amigo del pueblo de Israel, de la tierra de Israel, honra la Torá de Israel; que les hable por unos segundos una pequeña bendición, para bendecirlos, y continuamos el recorrido…».

3 Isaías 52:6

4 • [Citas, pág. 128, párr. 1136: 64-0705 “La Obra Maestra”, párrs. 193-195] • [Estudio “La generación que recibirá la Fe de Rapto”, 2023/feb/18 (sábado), págs. 16-18 (f), págs. 112-114 (T3): 65-1204 “El Rapto”, párrs. 198-203] [Compilación, págs. 109-110] • [Estudio “La Palabra ungida = La Novia, pequeños mesías”, 2023/ ago/19 (sábado), págs. 23-28 (f), págs. 179-184 (T3): 65-0429E “Escogiendo una Novia”, párrs. 198-213]

5 Deuteronomio 29:29

6 San Juan 13:7

7 • [Citas, pág. 166, párr. 1485: 65-1128M “El único lugar provisto por Dios para la adoración”, párr. 6] [Compilación, pág. 107] • [Citas, pág. 168, párr. 1496: 65-1128E “En las alas de una blanca paloma como la nieve”, párr. 225]

8 [Estudio Bíblico #377, 2024/ene/14 (domingo), págs. 48-49 (f), págs. 164-165 (T2) / Estudio “La Cosecha en la Tercera Etapa”, 2024/ene/17 (miércoles), págs. 16-17 (f), págs. 246-247 (T2): “As the Eagle Stirreth Her Nest” (“Como el águila excita su nidada”)]

9 Génesis 18:20-21

10 [50-0813A “La resurrección de Lázaro”, párr. 48] [52-0810A “Yo soy la Resurrección y la Vida”, párr. 71]

11 Los Sellos, pág. 254, párr. 106; pág. 312, párr. 161; pág. 362, párrs. 154-158; pág. 364, párr. 170

El Israel celestial y el Israel terrenal agarrados de la Enseñanza Divina

El Israel celestial y el Israel terrenal agarrados de la Enseñanza Divina

  • Domingo, 22 de diciembre de 2024
  • La Gran Carpa Catedral, Cayey, Puerto Rico
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